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Dos palomitas se lamentaban
llorando
y la una a la otra se consolaban diciendo:
"¿Quién te ha cortado tus bellas alas, paloma?
¿Fue algún falsario que ha sorprendido tu vuelo?"
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"Ay, ay, ay, paloma,
¿Fue algún falsario que ha sorprendido tu vuelo?"
"Ay, ay, ay, paloma,
¿Fue algún falsario que ha sorprendido tu vuelo?"
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"Quiso el ingrata que yo mis alas
le diera
para ir volando los dos juntitos al cielo.
Por su cariño le di mis alas, y luego,
abandonada de desengaño, me muero."
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"Ay, ay, ay, paloma,
¿Fue algún falsario que ha sorprendido tu vuelo?"
"Ay, ay, ay, paloma,
¿Fue algún falsario que ha sorprendido tu vuelo?"
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